Podemos considerar que este período 1905–1921 corresponde a la etapa fundacional del ajedrez argentino: sucedieron durante su transcurso las más grandes transformaciones. Desde el punto de vista social y político fue un lapso de vicisitudes esperanzadoras y dolorosas al mismo tiempo: • Primera elección popular que condujo al primer gobierno de ese signo • Acción disolvente de los ultraconservadores liderados por la Liga Patriótica, que condujo a golpes militares y grandes tragedias • Anticipo de Leopoldo Lugones de los golpes militares • Centenario conmemorado con lujo y miserias • Agigantamiento del militarismo y debilidad extrema de las instituciones • Dificultosa inserción de Argentina en el mundo • Invariantes estradianos sin solución • Inmigración y leyes represivas • El cadete Juan Domingo Perón aprende doctrina militar con el Barón Colmar von der Goltz A efectos de poner en contexto la evolución del ajedrez en la Argentina en este período de 1905 en adelante, ofrecemos un panorama de las personalidades dominantes que protagonizaron los hechos más relevantes: José Pérez Mendoza, Damián Miguel Reca, Roberto Gabriel Grau, Carlos Máximo Portela y Carlos Querencio, quienes tuvieron relevancia tanto desde el plano deportivo como político. Constituyó un lapso de grandes hitos que culminaron con los viajes a las olimpíadas: 1905 Fundación del Club Argentino 1910 Centenario y llegada de Emanuel Lasker 1911 Primer Campeonato Argentino frustrado 1911 Primera visita de Capablanca 1913 Primer viaje de Boris Kostic 1914 Segundos periplos de Capablanca y Kostic 1916 Fundación del Círculo de Ajedrez 1921 Primer Campeonato Argentino 1921 Primer Campeonato Sudamericano Todo libro propone una aventura. El autor, a partir de su creatividad, experiencia de vida, saber, sensibilidad e inspiración, formula una invitación para recorrer sus páginas, con la esperanza de que el lector lo disfrute, extendiendo la frontera del conocimiento o conmoviendo sus fibras íntimas, apelando al recuerdo, la emoción, la imaginación. Todo libro genera un compromiso. El autor, trata de transmitir lo mejor de sí; el lector, con expectativa, desprejuicio e interés, se apresta a abordar las nuevas páginas que interpelarán su mundo de experiencias. Todo libro plantea un implícito pacto entre escritor y lector, de respeto, comprensión y reconocimiento mutuos sabiendo ambos, por anticipado, que una vez que las palabras pasen de la tipografía para ser procesadas por la mente, algo necesariamente puede suceder y cambiar, algo debe necesariamente conmover. Para satisfacción mutua. Juan Sebastián Morgado, exquisito investigador (que me honra con su amistad), que suele abrevar en el campo del ajedrez (aunque no solamente), sigue los mandatos en las búsquedas intelectuales, el rigor de pensamiento y el compromiso inconmovible con una realidad (que siempre se aspira sea mejor), de su tan admirado y estudiado Ezequiel Martínez Estrada. Nos propone ahora, sumándose a su prolífica obra, un abordaje centrado en las experiencias argentinas de comienzos del siglo XX, un tiempo por muchos motivos fundacional para el milenario juego en el país. Somos parte de una Nación joven, algo vacilante (Jorge Luis Borges dixit), que nació en el siglo XIX; por lo que, una vez superados los dilemas básicos de la constitución del país (incluido su ordenamiento territorial tras el logro de la independencia), el ajedrez podía en ese contexto estar en estado apenas germinal. Mas, para el próximo siglo, comenzarán a extenderse los límites de una actividad que habrá de adquirir una promisoria dinámica. Lo de los “centenarios” en su título alude a hitos que ya cumplieron ese registro temporal desde su presencia, o que se aprestan a ser cumplidos.