La evolución del ajedrez ha sido constante a lo largo de los siglos, pero el concepto de belleza ajedrecística apenas ha variado: seguimos admirando los audaces sacrificios, los brillantes ataques y los elegantes trabajos posicionales de los mejores jugadores de cada época.

Sin embargo, es innegable que el siglo XXI ha traído cambios importantes. La definitiva profesionalización del ajedrez y el uso intensivo de los ordenadores ha elevado de forma notable la calidad de juego. Los grandes maestros de la actualidad hacen gala de una precisión en el cálculo sin precedentes, cualidad a la que se une una extraordinaria capacidad de lucha. Ello da lugar a partidas de gran dificultad y máxima exigencia, en las que aparecen combinaciones de increíble profundidad y emocionantes intercambios de golpes tácticos.

Para esta obra hemos seleccionado cincuenta de las mejores partidas jugadas en ese periodo, auténticas obras maestras, que se presentan comentadas de forma amena y a la vez rigurosa, en muchos casos por sus protagonistas. Todas ellas son batallas trepidantes, sorprendentes y sin duda admirables. Afortunadamente, la fuente primigenia donde bebe Caissa, la diosa del Ajedrez, parece ser inagotable.